Mi reconciliación con Alicia. Historia de una intervención fílmica de las manos de Tim Burton

A pesar de todos los atributos que se endilgan a Alicia en el País de las Maravillas, dentro de mis gustos lectores, nunca pero nunca, tuve a la obra de Lewis Carroll como una de mis favoritas. No obstante, desde la primera vez que leí Alicia .... no despertó en mi interés alguno. Quizás a la edad que lo leí buscaba un simple cuento. Al pasar el tiempo, pude acercarme a ella en forma más madura con los mismos resultados. Reconozco su innegable valor en cuanto al uso de los elementos oníricos que sirven para la mordaz crítica social que hace el autor. De sus personajes, no es el sombrerero, ni siquiera el conejo y muchos menos las reinas o la propia Alicia quienes son motivo de agrado para mí. Es el odioso y egoísta gato de Cheshire, cuyas absurdas conversaciones llenas de paradojas, quien estimulaba mi interés. Son muchas las películas realizadas cuya base directa o indirecta es esta popular historia. Desde 1951 con la versión filmada por los estudios Disney, son muchas las interpretaciones dadas a la historia de la chica que sigue al conejo hasta la madriguera en el teatro, el cine y la televisión. Pude ver algunas de ellas, no sin cierta apatía. Para ser sincera, en varias ocasiones apague el televisor o el Betamax (ufff, sonó prehistórico) y las abandoné antes de culminar la función. Ocurrió lo mismo con la segunda parte, A través del espejo, ratificando el convencimiento de que esta historia y yo no teníamos ningún punto de encuentro.
Sin embargo, Tim Burton con su nueva película vertebra a través de la imagen ese sin sentido que genera la llamada subversión lingüística que muchos autores ponderan en la obra de Carroll. Burton desde la escogencia de la miríada de actores maravillosos como su esposa Helena Boham Carter, su inseparable Johnny Depp, la polifacética Anne Hathaway, por señalar solo algunos, asume una perfecta correlación del fondo con la forma.

A esto debemos adicionar los efectos visuales real 3D a cargo de Sony Pictures Imageworks los cuales hacen posible la visión imaginada, estoy segura, por el propio Carroll. Las escenas de la Reina Roja con sus súbditos son una delicia, la tradicional hora del té junto a Jhonny Deep se convierte para pesar de muchos, en derroche de un actorazo en cualquier papel que le toque y, mi preferida, la escena con el muy británico Stephen Fry como el famoso gato.

Un argumento remozado, un guión con diálogos magníficos y un casting envidiable son los aciertos de esta superproducción. De tal manera que la atmósfera de la Alicia de Burton convence desde una luminosidad gótica y enrarecida que algunos llaman oscura, suscitando cierta polémica en los Estados Unidos. Ya conocemos la delicadeza del paladar de los norteamericanos con respecto a todo que toque a sus íconos.
Definitivamente, desde la articulación de las imágenes inarticuladas de una lógica ilógica, Burton logra, ahora si, enamorarme de Alicia en su segundo viaje.

Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo contigo Tete, esa película es una obra de arte; los efectos, las actuaciones, la visión de Tim, ¡maravilloso!...
    Que interesante que tu personaje preferido sea el gato, es algo poco común, en mi caso personal, ¿cómo no amar a ese sombrerero loco tan especial? y por supuesto... la reina de corazones rojos tiene un lugar importante en mi miocardio... :)

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