Un regalo: José Saramago-El Viaje del Elefante.


Realmente, la mayor falta de respeto para con la realidad, sea ella, la realidad, lo que quiera que sea, que se puede cometer cuando nos dedicamos al inútil trabajo de describir un paisaje, es tener que hacerla con palabras que no son nuestras, que nunca fueron nuestras, vean, palabras que ya recorrieron millones de páginas y de bocas antes de que llegara nuestro turno de utilizarlas, palabras cansadas, exhaustas de tanto pasar de mano en mano y dejar en cada una parte de su sustancia vital.
Gracias a una de mis páginas favoritas en FB, Lecturalia me puse en contacto con la obra de escritor portugués José Saramago. Oportuno encuentro a dos meses de su defunción. Reconozco que no lo conocía, solo tenía pequeñas e imprecisas referencias, a pesar de haber sido galardonado con el premio nobel 1998. Sin embargo, el título del libro despertó mi interés y me dispuse a abrir un espacio entre la revisión de algunos artículos a publicar y la lectura del Coleccionista de almas perdidas de Irene Gracia-ya comentaremos sobre esta. El viaje del elefante es un libro que representó una experiencia refrescante. Está escrito con un lenguaje cálido y fluido que invita a la lectura.
Las aventuras de Salomón y su cornaca Subhro configuran una obra con un argumento sólido y atrapante en donde se destaca parte de la historia de la humanidad a través de un viaje que nos lleva a recorrer buena parte de Europa tras los pasos de la aventura de Anibal y su pasaje por los Alpes. Es una novela del adios, de la vida realizada que camina de la mano de la misma extinción del autor que sobrevive apenas a la neumonía, para escribir ésta y otra historia.
Luego de terminar el libro en alguna parte leí que la novela está hecha a la anchura y nobleza del elefante. Estoy de acuerdo, de allí que la inmensidad del paisaje se va creciendo en forma paulatina y paralela a la dilatación del animal en cuanto a prudencia, inteligencia y oportunidad. Contrastan estas cualidades con las del cornaca, ser acomodaticio y aprovechado que ve al elefante como medio de subsistencia y estabilidad.
Destaca el uso y hasta desuso que hace Saramago de recursos literarios y hasta gramaticales que le van poniendo trampas al lector. Ausencia de signos de puntuación y mayúsculas en nombre propios, diálogos enrevesados, explicaciones semánticas, aclaratorias históricas y unas sorprendentes notas al lector que nos llevan a transitar la naturaleza humana, sus incongruencias, contradicciones y disparates desde la reflexión, resultado de situaciones a veces dramáticas a veces jocosas, pero todas humanas. De allí que el lenguaje aparece plano, sin altibajos aparentes; esto produce una desazón que en vez de desestimular sirve de aliciente al lector por la lectura, por seguir el dialogo y el argumento. No son necesarias aclaratorias, Saramago lleva magistralmente la idea y el lenguaje al lugar que quiere.
Comentario aparte merece la figura del narrador, quien con ironía omnisciente permite conocer al elefante y su cornaca, a los monarcas benefactores y beneficiados, a la soldadera y hasta al populacho que son testigos de esta travesía magnífica llena de luz y color a pasar de la aridez o descolorido de los paisajes. Muchas de las expresiones dirigidas directamente al lector resultan refrescantes y hasta satíricas de una época que difiere en recursos y oportunidades a la que vivimos en la actualidad.
Quizás a manera de colofón de toda una fructífera obra literaria llega el momento para Saramago de preguntarse al final de esta obra, con respecto a la literatura misma:
La verdad, si queremos aceptarla con toda su crudeza, es que, simplemente, no es posible describir un paisaje con palabras. O mejor, posible sí que es, pero no merece la pena. Me pregunto si merece la pena escribir la palabra montaña cuando no sabemos qué nombre se da la montaña a sí misma.
Con el respeto que me merece el autor, no se hace necesaria la fotografía o la pintura, como él señala. Esta es una prosa que vive, que trasporta y permite imaginar. ¿Y no es el fin de la letra escrita? Ante ello y en mi humilde opinión, el elefante y su viaje bien valieron la pena. Solo queda seguir leyendo a Saramago. Como invitación a ello seguidamente coloco el link para descargar algunas de sus novelas:
Su última novela CAÍN en http://www.megaupload.com/?d=GFOKQ2KX
Otras en http://rapidshare.com/files/194553895/Saramago.rar   7740 KB

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