¿Quién habla por los niños en la actualidad?

La toma de conciencia de la sociedad actual con respecto a la infancia, señala nuevos tiempos para los niños, al activarse un permanente interés por su atención, conocimiento y bienestar, una mayor consideración y valoración. Fruto de ello, emerge una creciente preocupación por las condiciones negativas en las cuales se encuentra la infancia, lo cual en algunos países ha contribuido a la mejora de su atención. En respuesta a ello, nacen dos vías equidistantes, pues una se nutre de una postura ética orientada a la defensa de la infancia; y la otra, asume el castigo como práctica natural y propia del cuidado en el hogar y en la escuela. Esta polaridad impregna acciones y decisiones públicas y privadas, complicando aún más, el enrarecido panorama a protagonizar por la infancia en el mundo actual.
A partir de este escenario se levantan voces en consideración a la infancia que representa la preocupación creciente por las condiciones de la infancia, lo cual se ve reflejado en políticas nacionales e internacionales. Así, hablar en favor de la infancia se convierte en tema de uso y abuso por parte de funcionarios, dirigentes, educadores y todo aquel que desee llamar la atención y movilizar sensibilidades. El niño constituye tópico, que en lo educativo o lo social, no puede faltar en cualquier discurso o trabajo investigativo que se respete.
De esta manera, la ocurrencia de situaciones dramáticas protagonizadas por niños sirve de acicate para la crítica socio-económica profunda de gobiernos y políticas públicas y privadas. Los niños de África, el Medio Oriente y la misma Latinoamérica, se constituyen en parte de argumentaciones sólidas para planes, proyectos y programas a nivel internacional, nacional y local. Cifras, números y estadísticas que olvidan la existencia de esos seres humanos de carne y hueso, de sentimiento y vida que constituyen la gran población infantil que en la actualidad se encuentra sumida en circunstancias que obstaculizan su pleno desarrollo, a pesar de leyes, discursos y acuerdos.
Paradójicamente y más allá de cualquier estudio o comentario, en el mundo real existen más de mil millones los niños sufriendo de grandes privaciones, donde sus derechos son permanente vulnerados. Esta situación viene dada por el descuido, maltrato y violencia a la que la infancia se ve sometida. A este respecto se hace difícil establecer cifras claras, pero se estima que son más de cuarenta millones los niños y niñas afectados, y cerca de un millón y medio las muertes anuales, producto de insalubridad, hambre o ausencia de condiciones favorables y de la prevención necesaria. De igual modo, el contrabando, el tráfico sexual y la explotación infantil se han convertido en una gran industria afectando anualmente a un millón doscientos millones de menores.
Consideración aparte merecen los miles de niños masacrados en guerras santas, guerras fratricidas, guerras sin sentido en países como Irak, Palestina, El Salvador o Colombia. Población que perece en estas condiciones y pasa desapercibida para los gobiernos, ante las cifras generales de los partes de guerra. Al hacer referencia a la situación de estos niños y niñas en el contexto mundial, se está considerando igualmente a los millones de infantes latinoamericanos, quienes apenas sobreviven a los grandes desequilibrios sociales existentes, fruto de políticas económicas, sociales y educativas erradas, incumplidas, no sistemáticas y/o segmentadas.
Más allá de la retórica, organismos internacionales públicos y privados como UNICEF, Cruz Roja Internacional, Save The Children (Inglaterra), Pro-Búsqueda de Niñas y Niños Desaparecidos (El Salvador) y muchas otras, hacen esfuerzos concretos por aliviar de alguna manera esta problemática y llamar la atención de la opinión pública mundial ante episodios como las minas terrestres antipersonales, el secuestro infantil, los niños huérfanos y los niños perdidos.
Igualmente, es importante destacar cómo han ido consolidando otras voces que trascienden la presentación de las estadísticas anuales, se trata de la queja que desde las artes buscan dar a conocer esa realidad de la infancia en el siglo XXI. La literatura y el cine, ámbitos del quehacer humano que a diferencia de la historia y la política han brindado reflejos de la infancia a través del tiempo, en ocasiones crudos y que poco a poco se han posicionado como voceros de la infancia. Basta hacer contacto con estos cronistas de hoy, quienes hablan por los millones de niños y niñas ubicados en todo el planeta. Se trata de quienes se han convertido en representantes a través de la letra y la imagen de los niños maltratados o explotados.
Así, se destaca a escritores como la española Magda Bandera, y sus Hijos de Guerra: La vida cuando callan las bombas y los micrófonos (2002); el brasilero Paulo Lins, con Ciudad de Dios (2003); o el guineriano Tierno Monenembo autor de El mayor de los huérfanos y muchos otros. Autores quienes configuran un escenario discursivo de la actualidad, pleno de guerra, abandono y maltrato.
Las artes audiovisuales, también se han prestado a la permanente crítica con películas como Nadie Sabe (2005), El Niño (2006), Ciudad de Dios. (2003) o la galardonada con el Oscar 2009 como mejor película, la hindú Slumdog Millionaire, por nombrar las más recientes; presentando un retrato de pobreza, delincuencia, vicio y extrema pobreza, condiciones en las cuales apenas sobreviven millones de niños y niñas en países como la India o Brasil.
Si bien es cierto que la literatura se ha ocupado desde hace tiempo de los niños, en la actualidad la novela, el cuento y la pantalla grande se han constituido en novedosas voces de la infancia, debido a la crudeza y creatividad de la que hacen gala. Más allá de la búsqueda de la taquilla y de propósitos mercantilistas, lo cual puede ser motivo de discusión aparte, con este quehacer las artes contribuyen a la denuncia de las condiciones en torno a la infancia. Igualmente construyen un coro que clama atención, desde la alegoría de la lucha y la sobrevivencia a las injustas condiciones de los niños a nivel mundial. Estas voces representan el clamor, que cae la mayoría de las veces en el vacío, dirigido gobiernos e instancias para que den una respuesta profunda y duradera, movilizando sentimientos y responsabilidades.
Si están interesados en este tema les recomiendo el Libro de Magda Bandera. Lo pueden leer en la dirección http://www.scribd.com/doc/32952100/Magda-Bandera-Hijos-de-Guerra . O descargar la película Cuidad de Dios de Paulo Lins en la dirección http://net.taringa.net/posts/tv-peliculas-series/3290860/Ciudad-de-dios-(Cidade-de-deus).html

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